Cuando llega un momento que es especial en nuestra vida, lo primero en lo que pensamos es, como es lógico, en disfrutarlo al máximo porque no sabemos si se va a volver a repetir… o sí que sabemos que no vamos a vivir nada igual de nuevo. Pero también pensamos en otra cosa al mismo tiempo: en que queden recuerdos gráficos de cómo ha sido ese momento, de lo que hemos disfrutado gracias a él. De ahí que siempre queramos tener a mano una cámara de fotos o un móvil. De ese modo, cuando pase el tiempo y queramos rememorar ese momento, podremos hacerlo y sentirnos de nuevo allí.
¿Qué tipo de momentos son esos? Hay varios de esos momentos en la vida. Cuando hacemos la comunión, cuando nos graduamos en la universidad, cuando nos casamos, cuando compramos una vivienda, cuando nos jubilamos… siempre queremos que quede constancia de lo bien que lo hemos pasado y lo felices que hemos sido. ¿Y cuál es la mejor manera de que quede esa constancia? La respuesta está clara: con una cámara que bien haya hecho fotos o que, por otro lado, se haya dedicado a grabar. Es la herramienta que, cuando pasen los años, va a permitir que miremos con nostalgia y un recuerdo imborrable al pasado, a ese evento que de alguna manera ha marcado nuestra vida y ha sido el motivo de nuestra felicidad.
Además, en lo que respecta a este tipo de eventos, todo es más profesional que nunca. Hay personas que se dedican a preparar este tipo de eventos, a sacar fotos profesionales, en los restaurantes donde más tarde se celebra el convite se suelen proporcionar menús de más calidad… La gente no se la quiere jugar en nada que tenga que ver con un evento que ellos y ellas mismas organizan y no cabe la menor duda de que se piensa mucho en cómo acertar y cómo dejar una imagen impoluta del evento. Es como si la imagen de ese evento fuera la suya propia, cosa que en cierta medida es tan real como que estáis leyendo estas líneas.
Para las personas que se encargan de cubrir este tipo de eventos, cuando llega el día en el que uno de ellos se desarrolla no solo se debe estar trabajando en obtener los mejores resultados para que el evento sea lo mejor posible, sino para que también esos resultados sirvan después como una muestra de todo lo que podemos llegar a hacer en eventos posteriores. O, lo que es lo mismo, para hacer publicidad. No hay nada mejor que un caso de éxito para comprobar que una empresa o profesional es capaz de realizar su función en un evento similar al nuestro.
Un ejemplo claro es el de un fotógrafo. Cuando se realiza un evento como un bautizo o algo por el estilo, la mejor manera de que una persona pueda ser contratada para esa función es que haya tenido trabajos anteriores en los que haya hecho fotos que sean de gran calidad y que tengan encuadres originales. Lógicamente, eso convierte a las fotos no solo en un recuerdo (en el caso de las personas que son protagonistas de ese evento) sino que también las convierte en una herramienta publicitaria que además es muy potente y que, como elemento visual que es, tiene una capacidad tremenda de llamar la atención de las personas.
Como es evidente, la fotografía para el fotógrafo es siempre su principal medio de promoción. Hablamos de una profesión en la que la práctica es todo, el portfolio que un fotógrafo puede proporcionar es lo que va a determinar si alguien que organiza un evento en concreto le contrata o no. Y, ahora que todo el fenómeno de las redes sociales está llegando a todos los rincones de este mundo, la fotografía se ha convertido en el principal mecanismo de marketing digital de todos cuantos existen. Así nos lo hicieron saber desde Paqui Sirvent, quienes se encuentran especializados en la realización de fotografías a bebés recién nacidos y que procuran presumir al máximo (y siempre con el consentimiento de los familiares del bebé) de todas las fotografías que realizan tanto en su página web como en los distintos perfiles de redes sociales que manejan.
A fin de cuentas, esto es igual que cuando queremos un servicio de fotografía o vídeo en el día de nuestra boda. ¿En quién vamos a depositar nuestra confianza? Como es lógico, la dejaremos en alguien que nos presente trabajos anteriores cuyo resultado nos haya convencido. Y es que, de esa manera, nos quedaremos tranquilos y tranquilas sabiendo que, cuando llegue el gran día, vamos a obtener unos resultados fantásticos. Es lo que todo el mundo se merece y lo que todos y todas procuramos conseguir cuando nos encontramos en una situación como la que estamos describiendo en estas líneas.
La fotografía, un elemento que ya es universal
La verdad es que un elemento como la fotografía es ya uno de los que más a mano se encuentra de todo el mundo en los tiempos que corren. Antes, era necesario tener una cámara para poder hacer una, algo de lo que no disponían todas las personas. Ahora, basta con tener un teléfono móvil, algo que sí tenemos todos y todas, para poder tomar fotografías. Se ha convertido en algo muy accesible y la verdad es que lo va a seguir siendo de cara a los años que están por venir porque se ha convertido en un modo de vida. Las compartimos en las redes sociales, las compartimos a través de WhatsApp con nuestros familiares y amigos, las compartimos casi sin motivo aparente… Hoy en día, esta es nuestra forma de revelar cómo es nuestro día a día.
Queremos detenernos en una noticia que se publicó en el portal web Naturpixel en el año 2013, hace ya algo más de una década. En ella, se indicaba que, en España, se compartían nada más y nada menos que 5’7 millones de fotografías cada día. Estamos hablando de un momento en el que Instagram todavía no era especialmente fuerte en España, siendo como es hoy una red social que podríamos decir que es la reina de la fotografía. Si ya por entonces la cantidad de fotos que se compartían era tan grande, ¿cómo lo será ahora que no solo nos hacemos fotos para el ‘feed’ sino que publicamos casi a cada momento en nuestros ‘stories’?
Y es que nuestro país es uno de los que más acostumbrado está a eso de las fotos… Solo hay que echarle un vistazo a la gráfica que os vamos a compartir a continuación y que procede del portal web Statista. En ella, se clasifican los países respecto a los porcentajes de encuestados que han manifestado que les encanta hacer fotos. España ocupa la tercera posición en esa lista con un 24% de los encuestados, mientras que México se sube al segundo escalón con un 26% y la primera posición está claramente copada por una India que llega hasta el 35%. Brasil o Italia se han quedado a un pelín del podio al haber contabilizado como amantes de las fotos al 22% de sus encuestados.
La fotografía, a pesar de lo que acabamos de comentar, es algo universal con independencia de que sea algo más querido y usado en unos países que en otros. Todo el mundo quiere recuerdos de un día especial o mostrar cómo es su rutina. Y para todo aquello que queramos mostrar, necesitamos fotos. De alguna manera, la fotografía es también la principal herramienta que tiene una persona para hacer marketing digital sobre sí misma y ‘venderse’ al mundo. Para decirle cómo es su vida. Para decirle por qué es feliz. Para mostrar lo que sabe hacer. ¿Seríamos capaces de tener el mismo éxito vendiendo nuestra imagen al mundo en caso de no tener a mano una herramienta para hacer fotografías?
La fotografía es una manera de entender la vida… y, eso sí, es algo que, en caso de querer que se realice de manera profesional, no se puede dejar en manos de cualquiera. Primero porque no todo el mundo dispone de las cámaras que suelen usar los fotógrafos profesionales. Y, en segunda instancia, porque son precisamente fotógrafos profesionales quienes tienen la experiencia para captar esos momentos especiales desde ángulos que sean originales y usando técnicas de las que no es consciente todo el mundo.
Precisamente por eso, cuando se trata de dejar para el recuerdo las fotografías de nuestros grandes eventos, siempre vamos a preferir a un profesional a alguien que se dedique simplemente a hacer fotos para dotar de contenido a sus redes sociales. Estamos hablando de dos cosas muy diferentes, que no tienen nada que ver una con la otra. Por regla general, y esperamos que así siga siendo de cara al futuro, siempre vamos a querer a alguien que nos inspire confianza, que sepamos que puede realizar un buen trabajo. De lo contrario, nos la estamos jugando demasiado.





