Últimamente estoy comprobando cómo los publicistas están empezando a pasar por alto técnicas tan tradicionales y sencillas como la impresión del logo en diferentes formatos para dar más valor a técnicas promocionales mucho más complejas y caras, lo cual me sorprende muchísimo. Algunas empresas pueden llegar a conseguir un gran calado entre la sociedad simplemente promoviendo su logo entre el público objetivo, algo que puede resultar muy económico en comparación al gasto que requieren otras técnicas y que, en cuestión de resultados, podríamos decir que son totalmente similares, así que… ¿cuál puede ser el motivo?
Aunque no quiero pensar así, estoy empezando a creer que es el publicista el que antepone sus propios intereses al recomendar a ciertas empresas la inversión de miles de euros en campañas digitales (que están tan de moda) y en grandes campañas nacionales, en lugar de sugerirle invertir en medios tan tradicionales como sus propios embalajes o el papel de regalo que ofrecen a sus clientes en tienda.
Si bien es verdad que empresas multinacionales como Media Markt tienen un logo, incluso un eslogan, de lo más conocido gracias a sus campañas televisivas y radiofónicas en medios de comunicación nacionales, la realidad es que no pasan por alto el resto de técnicas publicitarias que ayudarán a fijar aún más la imagen de su logo en su público objetivo y, por eso, cualquier compra que hacen en sus tiendas sale por sus puertas dentro de una bolsa impresa con la marca «Media Markt» o dentro de una caja que, por supuesto, también lleva su logo. Viendo este ejemplo en el que aúnan ambas opciones ¿por qué ahora nos empeñamos en recomendar al pequeño comercio inversiones en marketing digital y otras innovadoras técnicas promocionales pasando por alto algo tan beneficioso como la impresión de bolsas y embalajes?
A una carnicería de barrio no le interesa invertir nada a nivel de marketing digital porque sus clientes, su público objetivo, no está en la red, sino a pie de calle, en el mercado que hay cerca, en sus viviendas y en la panadería de la esquina. Por eso, precisamente, funciona tan bien popularizar su marca o su logo mediante sus bolsas, ya que ofrecen al cliente una solución para llevar su compra a casa al tiempo que usan ese obsequio para conseguir que sea él mismo quien mueva su nombre de empresa por el barrio, en las diferentes tiendas a las que accede, en el mercado, etc. Hablamos de una publicidad económica que da muy buenos resultados pero que, por algún motivo, estamos empezando a pasar por alto.
¿Merece o no merece la pena?
Esta empresa especializada en bolsas para comercio es una de las más conocidas a nivel nacional tanto por su trabajo como por sus competitivos precios, así que hemos recurrido a ella para ver qué tipo de inversión haría falta en una pyme con el fin de imprimir bolsas con su logo y ofrecerlas a sus clientes.
Con el lote 2 de Plásticos Genil, uno elegido al azar, podemos conseguir 3.400 unidades de bolsas medianas y 1.200 unidades de bolsas grandes por 116,07 euros. Es decir, que conseguiríamos que un total de 4.600 clientes paseasen nuestro logo, firma o nombre de empresa, como mínimo desde nuestro comercio hasta su vivienda y, con suerte, por todo el barrio. Toda esa publicidad por menos de 120 euros… ¿merece o no merece la pena?
Lo mismo ocurre con las cajas en las que enviamos nuestros productos, ya sea al cliente final o al distribuidor e intermediario, ¿por qué no imprimir nuestro logo en ellas? Veamos presupuesto en esta fábrica de cajas de cartón: dependiendo del formato que elijamos, las cajas podrían incrementar el precio de nuestros productos en un par de céntimos o en un máximo que rondaría el euro (de forma generalizada) así que, teniendo en cuenta que la pequeña empresa no necesita de cajas promocionales para sus productos sino más bien de cajas de embalaje, lo más lógico es que estemos hablando de un presupuesto de céntimos por producto a cambio de dar visibilidad a nuestra marca… ¿merece o no merece la pena?
Con esto solo quiero dar un “toque” a todos aquellos compañeros de profesión que se están olvidando de que los medios más tradicionales pueden conseguir el mismo, o incluso mayor beneficio para algunas empresas. No podemos perder estas técnicas de vista.