Una farmacia no es como cualquier otro tipo de tienda o establecimiento. La gente, los clientes potenciales, acuden a este tipo de lugares a que se les otorguen los productos que necesitan de un modo inmediato para garantizar su salud y para evitar la aparición de enfermedades o tratarlas. Esto hace que el modelo de negocio cambie por completo con respecto a cualquier otro tipo de tienda y que, por tanto, no haya una base sobre la cual se pueda desarrollar una campaña de publicidad, marketing o captación de clientes.
Es evidente que hay competencia entre las diferentes farmacias que operan dentro de un mismo lugar. No en vano, esta campaña no puede responder a las obligaciones que demanda el mercado capitalista actual. Tiene que ser una campaña en la que la información sea completamente precisa y en la que no se deje de lado ningún dato. Recordamos que la salud de la gente está en juego y que el dinero o la imagen de la que dispone una entidad ocupa aquí un lugar meramente secundario, dejando el principal foco en el ciudadano y en las necesidades que requiere.
España es un lugar en el que contamos con un sistema de farmacias, que, según indicó en una noticia el portal especializado Portal Farma, superaba las 21.000 unidades. ¿Es suficiente este número o no? Existe un gran número de debates al respecto. Lo que sí es cierto es que durante las últimas décadas se ha implementado y aumentado este número con el objetivo de hacer la sanidad algo más accesible a todas las personas que conformamos este país y a quien lo visitan. ¿Se ha cumplido este objetivo? Para algunos sí y para otros no. Así de simple.
Quienes creen que el objetivo no se ha cumplido aseguran que el número mínimo de habitantes para que en un municipio haya una farmacia es bastante pequeño. Según un artículo de El Periódico de Extremadura publicado en el año 2005, este número era de 500 habitantes, algo que obliga a una gran cantidad de personas a tener que desplazarse hasta otro pueblo para conseguir una atención médica primaria. La situación ha sido ampliamente debatida en todos los estamentos sociales, pero lo cierto es que nadie ha encontrado una solución a la problemática.
El mismo artículo que acabamos de mencionar también hacía referencia a que iba a ser un algoritmo matemático el que decidiera cuántas farmacias podrían establecerse por municipio atendiendo al número de habitantes de cada uno de ellos. Esto no hace sino contribuir a que el debate sea cada vez más encarnizado y que la solución sea cada vez más difícil de conseguir. La verdad es que son pocas las personas que pueden encontrar un beneficio de toda esta situación, una situación compleja y de muy difícil resolución.
El marketing y la publicidad también necesitan marketing y publicidad
Con independencia de todo lo que hemos comentado con anterioridad, las farmacias, a pesar de que tienen una competencia que viene regida por ley, necesitan una estrategia de publicidad, de marketing y de comunicación. Y, aunque puedan ser concebidos como negocios bastante tradicionales, también necesitan una aplicación digital dentro de todas esas campañas. Una gran cantidad de farmacias españolas, según apunta Farmacom, necesita un cambio y está estudiando la posibilidad de llevarlo a cabo durante los próximos años.
Se trata, como ya hemos apuntado, de una publicidad especial. Una publicidad que no tiene en absoluto nada que ver con la del resto de negocios. Aquí no caben las ofertas, las rebajas o algo por el estilo. Aquí lo que prima o debe primar es el absoluto respeto al cliente y, más que en cualquier otro sitio, el cumplimiento de sus necesidades. En el caso contrario, las farmacias y sus responsables se pueden encontrar con severos problemas como lo son las quejas o las denuncias. Problemas que no son, en absoluto, menores.
Las farmacias son de esos pocos negocios que saben que van a seguir existiendo de aquí a varias décadas. Por desgracia, la gente seguirá cayendo enferma y seguirá necesitando cualquier medicamento que le haga sentir mejor y que impida que tengan lugar otros problemas quizá de mayor gravedad. Eso es lo que le da esencia y razón a las farmacias, que no obstante necesitarán estrategias, sobre todo en las grandes ciudades, que les hagan ser la primera elección de todos los clientes potenciales. Competir no es ajeno a las farmacias. Pero se trata de una competencia de responsabilidad social.